SABERES DE TURQUÍA 1

LOS AZULEJOS DE IZNIK

Se hace difícil pasear por las ciudades de Turquía sin fijarse en las baldosas de cerámica que cubren los muros de los palacios otomanos, las mezquitas o los mausoleos imperiales. Hablo de los famosos azulejos de Iznik. Son el fruto de una tradición milenaria importada por el Imperio Bizantino del antiguo Egipto, Asiria y Babilonia, y de la influencia de China traída por los mercaderes a través de la Ruta de la Seda.

Iznik, la antigua Nicea, conocida universalmente por ser la sede del primer Concilio de la Iglesia Católica, es una de las ciudades más importantes del Imperio Romano de Oriente. Posteriormente se convierte en la capital del Sultanato de Rüm y, más tarde, mientras los cruzados ocupan Constantinopla, en la del Imperio Bizantino. Con la llegada de los Otomanos, pierde importancia política en favor de Estambul, pero mantiene la capitalidad en la fabricación de cerámica. Su situación, relativamente cerca de Estambul -actualmente está a unas dos horas de distancia y, antiguamente, sólo a ocho días a caballo-, contribuye a facilitarlo. Y así, Iznik es el centro más importante de producción de cerámica otomana entre los siglos XV y XVII.

En los siglos XIII y XIV, los azulejos se utilizan como aislante térmico (mantienen los edificios frescos en verano y calientes en invierno), y como elemento decorativo en las mezquitas y palacios del imperio otomano.

Hasta comienzos del siglo XV, predomina la baldosa de forma hexagonal, de fondo blanco con dibujos de color azul, que imita la porcelana china. A partir de entonces, se desarrollan nuevas técnicas, que permiten la aplicación de nuevos colores, como el turquesa, el púrpura o el verde.

En el siglo XVI, la forma predominante es la cuadrada y se empieza a utilizar el color rojo intenso que ha hecho famosos los baldosas de cerámica de Iznik todo el mundo. En esta época, los muros de todos los edificios importantes de las ciudades otomanas se revisten de azulejos de Iznik. El gran arquitecto otomano Mi‘mār Sinān, las utiliza en todos los edificios que construye, entre los que destacan por encima de todo, la gran mezquita de Suleymaniye y la de Rüstem Paşa (ambas en Estambul) y la mezquita de Selimiye, su obra maestra, (en Edirne).

Los siglos XVI y XVII son la época de máximo esplendor de las baldosas de Iznik, (en el siglo XVII, hay documentados 340 talleres de cerámica), mientras que en el siglo XVIII, prácticamente se deja de fabricar.

Posteriormente, en el siglo XIX, el gusto por lo oriental y exótico tan de moda en la Europa de la época, permite que la cerámica de Iznik entre a formar parte de las grandes colecciones de arte.

La razón de la excepcional calidad de la cerámica de Iznik, hay que buscarla, por un lado, en la gran cantidad de sílice que contiene la pasta, que le da el color de fondo blanco casi puro y, por otro, en el elevado contenido de cuarzo, que la hace muy resistente. De hecho, se trata del producto cerámico más parecido a la porcelana, aunque se cuece a una temperatura algo inferior.

En cuanto al vidriado de las baldosas, se utiliza un esmalte a base de plomo y sílice puro, que le da un aspecto brillante y transparente, y realza los colores de los motivos ornamentales.

La gama de colores utilizada en la cerámica de Iznik no ha sido siempre la misma. En el primer cuarto del siglo XV, los motivos ornamentales se hacen casi exclusivamente con el azul que proporciona el polvo de cobalto sobre el blanco puro de la pasta, inspirados en la porcelana china. Quizás por este motivo, el nombre turco actual de la ceràmica vidriada es çini.

Con el tiempo, se introducen nuevos colores y la gama cromática se inspira en las piedras preciosas. Durante la segunda mitad del siglo XV y principios del XVI, se utilizan el turquesa, el verde y el púrpura que se obtiene del manganeso.

En la segunda mitad del siglo XVI, se descubre el llamado "bol de Armenia", una tierra muy rica en óxido de hierro, que permite obtener el color rojo brillante que ha hecho inigualable la cerámica de Iznik.

En cuanto a la decoración, inicialmente se utilizan motivos caligráficos, diseños geométricos y alguna figura animal, pero enseguida evoluciona hacia el uso de los motivos vegetales en general y florales en particular. Como motivos vegetales, los más usados son las frutas como la alcachofa o la granada, y los árboles como el ciprés (símbolo de la paciencia) o el árbol de la vida. 

En cuanto a las representaciones florales, destaca por encima de cualquier otra, el tulipán (quizás debido a que las letras de la palabra tulipán y las de la palabra Alá en lengua otomana, son las mismas), aunque también aparecen con frecuencia el clavel, la rosa, la rosa mosqueta o el jacinto.

Fuera de Turquía, se puede admirar la cerámica de Iznik en Europa, en las colecciones del Museu Calouste Gulbenkian (Lisboa) y el Victoria & Albert Museum (Londres) entre otros.