martes, 8 de marzo de 2011
SABERES DE TURQUÍA 3
LAS IGLESIAS RUPESTRES DE CAPADOCIA (parte I)
La naturaleza ha sido especialmente generosa con la región de Kapadokya (Capadocia), situada en la Anatolia central. Las erupciones de los volcanes Erciyes dağ, Hasan dağ i Göllü dağ, hace unos diez millones de años, la han dotado de formaciones geológicas que dibujan un paisaje espectacular, único en el mundo.
Es cierto que, sólo para poder contemplar esta maravilla natural, la visita a la Kapadokya (Capadocia) ya vale la pena. Pero aquí os quiero hablar de otra maravilla, oculta en las entrañas de esta tierra inhóspita -de veranos muy calurosos e inviernos extremadamente fríos-, que ha hecho de esta región, un lugar de riqueza cultural extraordinaria. Os quiero hablar de los pequeños tesoros que se esconden cerca de Göreme en el corazón de las rocas de toba volcánica de los valles del mismo nombre: las iglesias rupestres de Kapadokya (Capadocia).
Göreme es un pequeño pueblo, situado en la provincia de Nevşehir, a unos 75 Km de Kayseri (la antigua Cesarea, capital de Capadocia).
Del incontable número de iglesias rupestres que hay por toda la Capadocia, los valles de Göreme, ahora convertidos en Parque Nacional, acogen 34. De todas ellas, quizá las más conocidas son las que se encuentran en el llamado Göreme açik hava Müzesi (Museo al aire libre) o Göreme ören yeri (Ruinas aire libre) que, en 1985, la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad. Se trata de un complejo monástico formado por 17 iglesias mayores y varias capillas, pequeños monasterios y viviendas, excavados en las rocas de toba volcánica. (Informaciones útiles en el post APUNTES DE UN VIAJE A TURQUÍA 8).
Pero, para apreciar todo el esplendor de la arquitectura rupestre de Göreme en particular y de Kapadokya en general, necesitamos remontarnos al siglo IV, cuando San Basilio el Grande, obispo de Cesarea (la actual Kayseri) estableció las bases del movimiento monacal por su desilusión con el materialismo creciente de la Iglesia. Para San Basilio, los hombres deben vivir en pequeñas unidades autosuficientes, enfatizando la pobreza, la obediencia, el trabajo y la devoción religiosa. De este modo, se desarrolló en Capadocia un importante movimiento monástico y eremítico, que propició la aparición de las primeras comunidades de monjes y de monjas, dedicadas a la oración y a la vida contemplativa. Las primeras iglesias rupestres de la región aparecen en el seno de estas pequeñas comunidades cristianas, hacia el siglo VI, si bien la mayoría de las que podemos contemplar hoy en día hay que situarlas alrededor del siglo XI. A partir de las invasiones de los selyúcidas y los otomanos, los monasterios y las iglesias bizantinas fueron abandonados o transformados por los habitantes de la región para dedicarlos a nuevos usos, como almacenes, graneros, molinos, establos, palomares e, incluso, viviendas.
El patrimonio de arquitectura rupestre religiosa de Kapadokya es inmenso, pues se calcula que, sólo en los valles de Göreme, existen unas seiscientas iglesias, de las que muchas conservan aún restos de pinturas murales en su interior. Pero, hasta la primera mitad del siglo XX, cuando el jesuíta francés Guillaume de Jerphanion publicó su estudio (Une nouvelle province del’art byzantin, las églises rupestres de Cappadoce. Paris, 1925-1942) sobre las iglesias rupestres de la Capadocia, este patrimonio incomparable ha permanecido, prácticamente, en el olvido más absoluto. Cabe decir, sin embargo, que la declararación del Parque de Göreme como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha permitido la restauración de algunas iglesias y ha favorecido la conservación de este complejo monástico, sometido a la acción implacable de la erosión de la roca volcánica que lo conforma y a la del turismo.
Ahora bien, aunque formar parte de la lista del Patrimonio Mundial supone una ventaja innegable para la conservación de las iglesias de Göreme, debo decir que las medidas de seguridad del Göreme açik hava Müzesi me parecieron muy escasas, pues todos los frescos se encuentran al alcance de los visitantes sin ningún tipo de protección.
Por otra parte, quiero destacar, también, que el resto de enclaves rupestres que no pertenecen al recinto del Göreme ören yeri, se encuentran todavía más desprotegidos y corren el riesgo de desaparecer por los efectos de la erosión e, incluso , del vandalismo.
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Un lugar de ensueño, tengo amigos que han ido y hablan maravillas, ahora ya conozco un poco más por tu precioso reportaje y tus fotos. Saludos y gracias por este viaje virtual.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos, por tu comentario. Viniendo de un gran fotógrafo como tú, resulta doblemente halagador.
ResponderEliminarA ver si te animas a visitar la Capadocia. Seguro que te encantaría. Se trata de un verdadero capricho de la naturaleza, que el hombre ha sabido aprovechar para expresarse en su interior.
Un saludo!
Me encantó tu blog, Lourdes,pero tenía una duda. A ver si me puedes ayudar, ¿cuántos días debo estar en Capadoccia?. Según me he leído, 2 días ésta bastante bien. ¿Cuánto tiempo estuviste tú?.
ResponderEliminarGracias por adelantado
Gracias Manuel!
ResponderEliminarHombre, lo del tiempo depende de la disponibilidad que tengas, pero yo creo que minimo unos tres dias, para que puedas acercarte al Valle de Ihlara, que es precioso. Si no tienes intencion de visitarlo, dos dias minimo.
Naturalmente, si dispones de tiempo y te gusta caminar, la naturaleza de la Capadocia invita a dar largos paseos... Es un sitio para disfrutarlo con calma. Si puedes, dedicale algun dia mas. Merece la pena!!
Saludos
Lourdes, un interesante relato y unas magnificas fotos.
ResponderEliminarEstas formaciones geológicas con sus iglesias rupestres dan a este lugar la belleza para que la UNESCO lo declarase Patrimonio de la Humanidad.
Saludos.
Mi Turquía se limita Estambul, habrá que volver...
ResponderEliminarSaludos viajeros
Gracias Cincuentones!
ResponderEliminarCiertamente, se trata de un paraje espectacular con un patrimonio cultural interesantísimo.
Un abrazo
Hola Paco!
ResponderEliminarSí, sí. Yo que tú, pensaría en volver...
Solamente la Capadocia ya merece un viaje a Turquía, pero, además, hay tántos otros lugares hermosos que visitar! La costa del Egeo, la del Mediterráneo, la del Mar Negro...
Muchas gracias por tu comentario!
Un abrazo